Seguro que muchos de nosotros habremos dibujado alguna casa, formalmente así, cuando éramos pequeños, ¿verdad? El arquitecto portugués Manuel Aires Mateus ha reinterpretado estas formas infantiles en esta casa de las afueras de Leiria, en Portugal. Y el resultado es francamente bueno.
Se trata de un diseño muy puro y minimalista que parece haber nacido de un cubo blanco inicial al que se le han realizado unas pocas incisiones que la penetran hasta el subsuelo. Como resultado, un gran patio central de triple altura que deja pasar la luz hasta sus entrañas, haciendo muy practicables todas sus estancias y organizando su distribución. Los dormitorios alcanzan toda su privacidad ahí abajo, alejados del mundanal ruido y provistos cada uno de un patio privado. En un nivel superior, se encuentran las estancias más públicas tales como el comedor o la sala de estar, dotadas con magníficas vistas de los alrededores.
El diseño y funcionalidad ha estado pensado para facilitar que la luz pueda entrar a todas y cada una de sus estancias. Por otro lado, el mobiliario escogido se integra perfectamente dentro de unos espacios compuestos principalmente por pareces blancas, suelos de madera y cerramientos de vidrio.
Si es que lo minimalista no tiene porqué ser siempre lo contrario de acogedor.
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